martes, 29 de marzo de 2011

INTRO

Para todos los que alguna vez hemos sufrido una pérdida y la hemos superado. Para todas mis amigas que están pasando por momentos amargos: siempre hay una luz al final del camino. Siempre.
A veces ponemos las cosas en cierto período de tiempo y así medimos nuestras experiencias. Esta historia inició pensándose como un post más de el balance del 2010. Pero la verdad es que es una historia, sin importar el tiempo, porque no empezó en 2010, ni termina aquí. Cada quién vive sus duelos el tiempo que debe vivirlos. Esta es la historia de cómo lloré hasta cansarme, cómo enfermé, cómo me deprimí y cómo alcanzado el punto más bajo de mi existencia sólo pude hacer una cosa: levantarme. Es muy difícil aprender a ser feliz solo. Pero no imposible. Esa es la misión de esta historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario