martes, 29 de marzo de 2011

XIV. Twitter

No podía dejar de mencionar esto. No puedo dejar de agradecer el momento (16 de julio de 2009) en que abrí mi cuenta. Si mal no recuerdo abrí la cuenta en un día de una depresión horrible, en la casa donde aún viviera con Tó, una tarde, con las cortinas cerradas, completamente a oscuras. Pasé días leyendo. Pasé días entendiendo como funcionaba eso de tuitear.

   Hasta la fecha (abril de 2010) es un vicio que no puedo dejar pero que me ha dejado satisfacciones infinitas y amistades hermosas. Esto es más que nada un agradecimiento a la gente que a lo largo de todo este tiempo decidió seguir leyéndome a pesar de todo. Hoy que estoy parada acá, completamente erguida, con una sonrisa en la cara, mirando hacia el horizonte, con el sol en la cara y respirando el aire profundamente, puedo voltear atrás y sólo dar y darme las gracias. Salí victoriosa. Y quién me lee desde entonces lo sabe y caminó este camino a mi lado aunque yo fui incapaz de notarlo sino hasta ahora. Muchos tomaron mi mano. Otros me soltaron en el camino porque quizás ya tenían demasiado drama y dolor en sus vidas como para soportar las interminables peroratas de una chavita que todavía no sabía de su potencial, ni de su fuerza, ni de su inteligencia.

   Esa chavita que era yo, sufría mucho, lloraba mucho, traía el corazón hecho pedacitos. Nunca en su vida había tenido el tiempo de descubrirse, porque pasó de una niñez solitaria y en partes dolorosa, queriendo hacerse la fuerte a una adolescencia bien difícil. Jamás se había sentado a analizar su vida y sus virtudes y defectos. Twitter, de alguna manera me enfrentó a esas cosas. Me hizo sacarlas todas mediante mis dedos. Muchos meses vomité tuits frente al monitor con la cara empapada en lágrimas. Estaba haciendo cátarsis. En realidad no sé porque algunos se quedaron... pinche vieja intensa. Pero supongo que era porque ustedes creían más en mí de lo que yo jamás lo había hecho. Quizás por curiosidad, no lo sé.

   Mentiría si dijera que recuerdo cada una de sus palabras de aliento. Creo que de aquella época oscura he olvidado o bloqueado algunas cosas o es que a lo mejor nunca les puse especial atención. De algunos otros lo recuerdo con total nitidez, lo agradezco con todo mi corazón y no soy capaz de olvidarlo. Gracias por ir imperceptiblemente a mi lado. Gracias por seguir acá. Gracias por entender que era una mala racha. Gracias por quedarse a ver lo que soy hoy. Gracias por las sonrisas. Gracias por los buenos ratos. Gracias por los amores. Gracias por los amigos. Gracias por las bromas. Gracias por los tuits que hacen click en mi cabeza.

   Twitter me ha dejado cosas hermosas. Muy probablemente Twitter pase de moda pero yo seguiré recordando con todo el amor nostálgico que cabe en mí, la manera en que entró en mi vida en un momento clave. Espero que los que se quedaron, se queden para siempre. Gracias.

   Siendo yo atea como soy, encontré en muchos de ustedes, mis amigos, verdaderos ángeles. Sin alas, sin poderes, sin aureolas blancas. Muchos de ustedes aparecieron en momentos claves de mi vida y me proveyeron de palabras que hicieron click en mi cabeza y me hicieron entender muchas cosas. Jamás voy a tener cómo agradecer tal cosa.


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