martes, 29 de marzo de 2011

XIII. Del Amors y otros demonios

Siempre estar con una persona que saque lo mejor de ti... cuando detectes que estás con alguien que saca una parte horrible de ti mismo es que tienes que aprender a detectar que no estás con la persona correcta y que a la larga vas a terminar estresado intentando cambiar al otro. Uno nunca viene a cambiar a la gente, ni a hacerle de buen samaritano... cambiamos porque queremos o no cambiamos nunca. Uno no cambia por amor a una persona, sino por amor propio y es un grave error pensar que con nuestro amor vamos a cambiar a nuestra pareja.

Mi historia con el amor siempre ha ido de la mano de dolores muy grandes. Son duelos también. Lo que yo hice, lo que me hizo dejar ir fue escribir. Cada quien ha de encontrar su manera de lograr dejar ir. Esta fue la mía. El causa y efecto del que tanto ya hablé me hizo entender muchas cosas y más importante: perdonarme. Asumí (¡por fin!) todo lo que hice, todo lo que me hice. Todo el daño que me hice, el dolor que me causé y fui capaz de dejar ir. Si cualquiera de mis exes lee esto alguna vez, sépalo muy bien: soy libre por fin. Asumo mi responsabilidad en el daño que yo misma me causé al decidir amarlos. Aprendí muchísimo de mí misma. Muchisímas gracias, muchachos.

Y hoy... Hoy no busco. De pronto entendí que soy muy feliz y que como mujeres tendemos a asociar felicidad con no estar solas. La verdadera felicidad es la que se encuentra en el amor propio, en el autoestima y en el autoconocimiento, partiendo de Bubu. Bubu es amor, Bubu es paz. Bubu es equilibrio. Partiendo de allí, sólo de allí, cuando nos amamos tanto, nos conocemos tanto, es que sabemos exactamente qué es lo que necesitamos para complementarnos. Creo que ya sé que es lo que necesito para complementarme... Ojo: puede cambiar porque uno siempre está aprendiendo, uno siempre se está conociendo. Esta vez estoy intentando el enamoramiento racional (término acuñado por mí), ese donde aplico lo aprendido, donde aplico mi autoconocimiento y otras mamarrachadas que me han dado paz...

Estoy dispuesta a volver a enamorarme, pero no estoy dispuesta a cometer los mismos errores. Estoy dispuesta a volver a sufrir, pero esta vez asumiendo mi responsabilidad en mi dolor. Estoy dispuesta a tener a mi lado a la clase de hombre que necesito, que no es un príncipe azul, ni es perfecto, sino que simplemente me complementa, que es compatible. Estoy dispuesta a volver a equivocarme pero no con errores ya cometidos, sino con errores nuevos. Estoy dispuesta a encontrar al amor de mi vida o  a vivir varios amores en la vida, porque he dejado de aferrarme a ideas y convencionalismos. Estoy dispuesta a lo que sea, sin reglas y sin ataduras. Una de las cosas maravillosas de esta vida es ésa: es impredecible y cualquier cosa -cualquiera- puede suceder.

Para las cosas del amor -lea bien- no hay reglas excepto las propias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario